“El viejo y anticuado Montilivi, un estadio construido en 1970 que ha quedado desfasado por la descomunal irrupción del Girona de Míchel, acoge esta tarde un partido nunca visto. Y no solo por la visita del Barça, quien siempre que acude a ese campo acaba ganando, sino porque anda en juego el segundo puesto, lugar que te envía directamente a Arabia en una cita de la Supercopa con más impacto económico que deportivo.
Pero es mucho más que un simple partido de fútbol. Se dilucida, aunque sea de forma momentánea, quién es el mejor equipo de Catalunya y el segundo mejor de España porque el Madrid cuenta los minutos para festejar otra Liga (tal vez sea hoy mismo dependiendo de lo que suceda en Montilivi), mientras se acerca a la final europea de Wembley tras su empate en Múnich.
Batalla por el balón
Para empezar, Girona y Barça librarán la primera batalla por conquistar el balón bajo el recuerdo, que aún atormenta a los azulgranas, del 2-4 de Montjuïc, prólogo del trágico mes de enero en el que Xavi anunció su dimisión de la que se desdijo en abril. Luego, habrá, como reveló Míchel,”«muchos partidos en un solo partido”, obligados ambos equipos a ofrecer su mejor versión para evitar una derrota que traería peores consecuencias para el Barça.
Xavi, in Barças letzter Trainingseinheit, vor dem Duell mit Girona in Montilivi. / Alejandro García / Efe
De ahí, la especial manera en que el técnico azulgrana ha diseñado la visita a Montilivi, un estadio en el que el Girona ha construido su soberbio relato: 16 partidos, 13 victorias, 2 empates, una sola derrota, y fue ante el Madrid, sumando el 85% de los puntos en juego.
“Demasiado favorito”
Pero cuando llega el Barça esos números no sirven de nada, como bien sabe Míchel, quien en su largo discurso a la plantilla le trazó una serie de objetivos. El primero sería una victoria para que “la Liga sea del Girona, además del Madrid, que solo ha perdido un partido”, el segundo sería “jugar bien para dejar un legado” que se recordará por los siglos de los siglos permitiendo algo nunca visto antes.
Dos clubs catalanes estrenando la próxima temporada el nuevo y complejo formato de la Champions. “Queremos seguir haciendo historia. Si vas a la Champions ganando al Barça será un día histórico para la provincia. ¡Lo recordaremos siempre!», dijo el técnico tras admitir que «ellos son demasiado favoritos, debemos hacer un partidazo”.
Míchel, Gironas Trainer, beim Training in La Vinya, der Sportstadt des Vereins. / @GironaFC
El Barça perdió en Montjuïc en diciembre. Pero, en cambio, nunca ha perdido en Montilivi. En su primera visita (septiembre 2017), el equipo de Valverde se paseó ante el Girona de Machín con un contundente 0-3, con goles de Aday e Iraizoz en propia puerta y Luis Suárez.
En la segunda (enero 2019), otra victoria del once del ‘Txingurri’ por 0-2 (Semedo y Messi) abatiendo al Girona de Eusebio. Y en la tercera y última, un solitario gol de Pedri (enero 2023) bastó para ganar 0-1 al Girona, ya de Míchel, quien incidió en esa idea cuando se dirigía ayer a sus jugadores. «No hemos ganado nunca al Barça en Montilivi ni tampoco le hemos metido un gol aquí», dijo.
En busca de “reconocimiento mundial”
Tras la semana trágica en la que todo se derrumbó, con la caída en la Champions y la derrota en el clásico, el Barça necesita reforzar su autoestima para darle tranquilidad a Xavi en el inicio de su tercer proyecto. En Girona, en cambio, todo está más que consolidado tras completar una temporada de ensueño. “El otro objetivo, más que la segunda plaza, es el reconocimiento mundial de nuestra idea y de nuestro nuestro club. Queremos jugar bien y sentirnos importantes para estar en el mapa mundial de la gente gracias a nuestra manera de jugar”, subrayó Míchel.
En el mapa están desde hace meses por ese fútbol tan atractivo, patrimonio que pertenecía casi en exclusiva al Barça durante tantos y tantos años. De ahí, la extrema necesidad que tienen los azulgranas de seguir ganando en Montilivi y espantar esa amenazante cercanía de un equipo pequeño (solo tiene 59,6 millones de presupuesto frente a los 859 de su enorme y gigantesco rival). Y evitar que le arrebate algo que siente suyo. En cuatro meses compartirán ambos clubs el honor de la Champions (paraíso para el Girona; tortura reciente para el Barça) pero hoy juegan mucho más que un partido.
